La psicoterapia asistida con Ketamina (KAT, siglas en ingles) es un tratamiento innovador que combina el uso de pequeñas dosis controladas de ketamina con apoyo psicoterapéutico. A diferencia de los medicamentos tradicionales, la ketamina actúa de forma rápida en el cerebro, abriendo una “ventana” que facilita la conexión con las emociones, la disminución de la angustia y la posibilidad de procesar experiencias difíciles.
No se trata de un uso recreativo, sino de una herramienta médica y psicológica, siempre realizada en un entorno seguro, con acompañamiento profesional y protocolos claros.
¿En qué enfermedades se utiliza?
La evidencia científica muestra que la ketamina puede ser de gran ayuda en distintos problemas de salud mental y también en condiciones de dolor crónico. Algunos de ellos son:
- Depresión resistente (cuando los tratamientos habituales no han dado resultado).
- Ideación suicida y crisis de desesperanza.
- Trastorno de ansiedad generalizada y trastorno de pánico.
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
- Trastornos alimentarios (como anorexia o bulimia).
- Adicciones (alcohol, cocaína, entre otros).
- Dolor crónico, incluyendo fibromialgia y síndromes dolorosos que no responden a tratamientos habituales.
- Cáncer y etapas finales de la vida, donde ayuda a reducir ansiedad, angustia y dolor, mejorando la calidad de vida.
¿Cómo es una sesión?
Las sesiones suelen realizarse en un espacio tranquilo y cuidado. El paciente llega acompañado, se le conecta a una vía venosa y se inicia una infusión de ketamina en dosis bajas, siempre con monitoreo médico y psicológico.
Durante la sesión, que dura alrededor de una hora, la persona suele escuchar música y se le invita a centrarse en la experiencia interna, sin distracciones. Un psicólogo puede acompañar el proceso, en algunas ocasiones, para guiar la terapia.
Al terminar, el paciente permanece un tiempo en observación hasta que se recupera por completo, antes de volver a su casa.
Al día siguiente, usualmente, se tiene una sesión de integración psicológica, para integrar lo vivido, aprovechando la ventana de neuroplasticidad que entrega la Ketamina.
¿Qué se busca a largo plazo?
El objetivo no es solo aliviar síntomas de manera inmediata, sino facilitar cambios profundos y duraderos en la forma de pensar y sentir.
La ketamina permite disminuir la rigidez mental, abrir nuevas perspectivas y, en combinación con la psicoterapia, ayuda a resignificar experiencias, fortalecer recursos internos y recuperar la esperanza.
En muchos casos, los pacientes logran mejoras significativas en pocas sesiones, incluso cuando llevaban años sin encontrar alivio en otros tratamientos. Esto puede permitir superar la enfermedad y no depender del uso diario de medicamentos por meses o años.
La psicoterapia asistida con ketamina no es magia, pero sí es una herramienta poderosa cuando se usa con responsabilidad y acompañamiento profesional. Abre una oportunidad real de transformación y de volver a conectarse con la vida.