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Preguntas frecuentes sobre la terapia con ketamina

La terapia con ketamina ha despertado cada vez más interés como una opción para tratar la depresión resistente, la ansiedad severa y otros trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, es normal que los pacientes y sus familias tengan muchas dudas antes de comenzar. Aquí respondemos las preguntas más frecuentes.

¿Qué es la Terapia con Ketamina?

La ketamina es un medicamento que originalmente se utilizó como anestésico. En los últimos años, estudios han demostrado que, en dosis bajas y bajo supervisión médica, puede ayudar a mejorar síntomas de depresión, ansiedad, estrés postraumático e incluso algunos casos de dolor crónico.

¿En qué se diferencia de otros tratamientos para la depresión?

A diferencia de los antidepresivos tradicionales, que suelen tardar semanas en hacer efecto, la ketamina puede generar una mejoría en pocos días o incluso horas. Sin embargo, no sustituye a otros tratamientos, sino que se usa como complemento en casos en los que la medicación o la terapia no han funcionado bien.

¿Ketamina y esketamina son lo mismo?

No exactamente. La ketamina es la molécula completa y contiene dos formas “espejo” llamadas enantiómeros: R-ketamina y S-ketamina.
La esketamina es solo la forma S de la ketamina (S-ketamina) y está disponible en algunos países en formato de spray nasal y endovenosa, aprobado por agencias como la FDA para depresión resistente.

La esketamina en spray nasal tiene la ventaja de una administración más sencilla, pero debe aplicarse en un centro médico y no en casa.

La ketamina intravenosa suele usarse en clínicas especializadas y tiene más estudios en diferentes condiciones.

¿Qué tipos de terapia con ketamina existen?

Existen distintos enfoques en el uso terapéutico de la ketamina, que varían en el acompañamiento y la intención del tratamiento:

  • KIT (Ketamine Infusion Therapy – Terapia de Infusion de Ketamina): es la terapia de infusión de ketamina, generalmente por vía intravenosa. Se centra en la administración médica del fármaco, con seguimiento clínico, pero sin necesariamente incorporar psicoterapia durante la sesión.
  • KAP (Ketamine-Assisted Psychotherapy – Psicoterapia Asistida con Ketamina): combina la administración de ketamina con sesiones de psicoterapia, habitualmente 24 horas después de la infusión. El estado mental que produce la ketamina puede ayudar a procesar emociones, recuerdos o traumas con mayor apertura y receptividad durante la terapia. Este tipo de tratamiento aprovecha al máximo las ventajas y efectos de la Ketamina.
  • Terapia de mantenimiento: después del tratamiento inicial, algunas personas reciben sesiones periódicas (por ejemplo, una vez al mes) para sostener la mejoría.

Cada enfoque tiene objetivos distintos, y el especialista determina cuál es más apropiado según la situación clínica del paciente.

¿Cómo se administra la ketamina?

Existen varias formas de administración:

  • Infusión intravenosa (la más común en clínicas especializadas).
  • Inyecciones intramusculares
  • Spray nasal (en forma de esketamina, un derivado aprobado en algunos países).

La elección depende del diagnóstico, la disponibilidad y la recomendación médica.

¿Qué se siente durante una sesión?

Algunos pacientes describen una sensación de desconexión del cuerpo o del entorno, cambios en la percepción del tiempo y pensamientos más claros o creativos. Estos efectos suelen desaparecer poco después de la sesión. Siempre hay personal médico presente para acompañar y asegurar que la experiencia sea segura.

¿Es segura la ketamina?

En un entorno controlado, con dosis bajas y bajo supervisión médica, la ketamina es segura. Sin embargo, puede provocar efectos secundarios como mareo, náusea, visión borrosa o aumento temporal de la presión arterial. Por eso se recomienda que el paciente no conduzca ni realice actividades de riesgo el resto del día.

¿Cuántas sesiones se necesitan?

Cada plan es personalizado. Generalmente, los protocolos iniciales incluyen varias sesiones en pocas semanas, y luego se evalúa la necesidad de sesiones de mantenimiento según la evolución del paciente. Lo más habitual son 6 sesiones de inducción, donde se evalúa la dosis adecuada para el paciente y su respuesta al medicamento. Luego de esas 6 sesiones iniciales, se revalúa si es necesario continuar o no con más sesiones.

¿La ketamina puede generar adicción?

La ketamina tiene potencial de abuso cuando se usa sin control médico y en dosis altas, pero en la terapia clínica las dosis son bajas y el tratamiento está estrictamente regulado.

¿Quién puede beneficiarse de la terapia con ketamina?

Está indicada sobre todo en personas con depresión resistente, es decir, que no han mejorado con otros tratamientos. También puede ayudar en casos de ansiedad grave, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y algunos tipos de dolor crónico.

¿Quién no debería recibir ketamina?

Las contraindicaciones para Ketamina son muy pocas. Personas con ciertos problemas de salud (como hipertensión arterial severa no controlada, enfermedades cardíacas graves o antecedentes de psicosis) deben ser evaluadas cuidadosamente. El médico siempre realiza una historia clínica completa antes de iniciar el tratamiento.

¿La ketamina “cura” la depresión?

No se considera una cura definitiva. Funciona como un “rescate” que puede abrir una ventana de alivio, lo que facilita que la persona retome la terapia psicológica, el autocuidado y otros tratamientos que en conjunto sí pueden generar una mejoría a largo plazo. También permite disminuir o suspender los antidepresivos de uso diario, lo que mejora la vida diaria. Este efecto puede durar entre dos semanas y hasta un año, por lo que podría considerarse una «cura» en cierto modo.

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