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Terapia con Ketamina en el Tratamiento del Dolor Crónico

El dolor crónico es mucho más que una molestia física. Afecta la calidad de vida, el sueño, el ánimo y las relaciones personales. Muchas veces, las personas que lo sufren han probado múltiples tratamientos sin lograr alivio suficiente. En este contexto, la terapia con ketamina ha surgido como una opción innovadora y con respaldo científico.

¿Qué hace la ketamina en el dolor crónico?

La ketamina actúa en el sistema nervioso bloqueando ciertos receptores (llamados NMDA) que están relacionados con la transmisión del dolor. Al hacerlo, puede interrumpir los circuitos del dolor que se vuelven “hipersensibles”, ayudando a disminuir la intensidad y frecuencia de las molestias.

Además, como la ketamina también tiene efectos positivos sobre el ánimo y la ansiedad, muchas personas experimentan un alivio integral: menos dolor, pero también más calma y esperanza.

Ejemplos de indicaciones

El uso de ketamina ha sido descrito en diversas condiciones de dolor crónico, especialmente en aquellas difíciles de tratar con medicamentos convencionales. Algunos ejemplos son:

  1. Fibromialgia, donde el dolor generalizado y la fatiga afectan severamente la vida diaria.
  2. Síndrome de dolor regional complejo (SDRC), caracterizado por dolor intenso y persistente en una extremidad tras una lesión o cirugía.
  3. Neuropatías crónicas, como el dolor por lesión de nervios periféricos o neuralgia postherpética.
  4. Dolor oncológico, en pacientes con cáncer avanzado, cuando los analgésicos habituales ya no son suficientes.
  5. Migraña crónica y refractaria, en algunos casos seleccionados.

¿Cómo es una sesión de terapia con ketamina?

La terapia con ketamina para dolor crónico se realiza mediante infusiones intravenosas en un entorno médico seguro. A diferencia de las sesiones usadas en salud mental, en el dolor crónico las dosis totales suelen ser más altas y la infusión puede durar entre 1 y hasta 4 horas seguidas. Durante todo el proceso el paciente está monitoreado (presión, corazón, oxígeno) y acompañado por un equipo de salud preparado para manejar cualquier efecto secundario.

Otro aspecto importante es que, en dolor crónico, a menudo se indican múltiples infusiones en pocos días (por ejemplo, varias sesiones consecutivas durante una o dos semanas), porque se ha visto que este esquema intensivo logra mejores resultados en la reducción del dolor y en la calidad de vida. Después, se evalúa la respuesta y se decide si se necesitan refuerzos en el futuro.

Más que solo analgesia

El objetivo de la terapia con ketamina no es simplemente “adormecer el dolor”, sino modificar los circuitos cerebrales y emocionales asociados al sufrimiento, abriendo la posibilidad de una mejor calidad de vida.

En muchos casos, esto significa volver a dormir mejor, retomar actividades que parecían imposibles y recuperar la sensación de bienestar que el dolor había arrebatado.

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